Proyecto colaborativo

El pasado mes acabó el proceso de colaboración con Nuria Güell en su obra Aplicación Legal Desplazada #3: F.I.E.S. Recojo algunas conclusiones finales relacionadas con las dudas del principio:

- Volviendo al eterno debate sobre la utilidad del arte: ¿El arte de activismo puede tener un uso social y calidad estética al mismo tiempo?

Los proyectos de Nuria Güell inciden en la ética de las instituciones pero no de forma directa. Casi ningún medio de comunicación asistió a la rueda de prensa, solo el periódico Qué publicó una entrevista. Se podría decir que a nadie le interesó valorar la obra desde el poder al que supuestamente está acorralando. Oficialmente, durante el primer mes de vida de la obra no ha habido ninguna respuesta. Pero este es el orden natural en el que debe desarrollarse una obra políticamente articulada. No tendría ningún sentido que las instituciones respondieran sin antes haber sido recibida y digerida por el colectivo de los presos y sus familias. La obra incide en la ética de las instituciones interviniendo primero la percepción que este colectivo tiene de sí mismo. El reto, que creo que Nuria ha asumido muy bien es el de no funcionar como una representante que da voz a los desfavorecidos, sino crear una dinámica más horizontal, menos Robin Hood. Concretamente, dedicamos bastante tiempo a reflexionar acerca de cómo había que responder a las cartas de los presos "para que no se enamoraran de nosotros". Creo que el hecho de que trabajara con un grupo de estudiantes ayudó a que se diluyera la idea de "representación". En todo momento dejó claro que no tenía problemas con la autoría y quiso incluirnos en los créditos del proyecto. 

Sobre la calidad como obra de arte, creo que es difícil de definir puesto que se mueve en un circuito difuso. Es difícil encontrar el relato legitimador actuando a medio camino entre el espacio de la galería y la calle de forma tan independiente. Pero más a nivel personal, supongo que la obra la recibirá cada uno a su manera: unos verán lo artístico más asfixiado por la determinación práctica, otros encontrarán en esto un desafío que otorga más consistencia a lo artístico del proyecto. Yo encuentro interesante que detrás de la ingenuidad aparente de "intentar mermar los abusos del poder" haya un trabajo de acción indirecta, actuando realmente a través de lo cotidiano. La visión de que las instituciones somos nosotros y que es a través de nosotros como hay que repensarlas me parece un punto de partida interesante.